La rentabilidad y la seguridad se repelen mutuamente. Si hay alta rentabilidad, habrá poca seguridad y al revés.
Si una inversión es sencilla y segura, cualquiera puede acudir a ella y acudirá, por tanto, su rentabilidad será pequeña, ya que hay grandes colas esperando invertir en ella.
Por contra, si una inversión es muy arriesgada, casi nadie acudirá, por lo que su rentabilidad será superior.
Las excepciones a esta regla se basan en el conocimiento específico y no generalizado, que el inversor puede tener sobre una inversión en principio arriesgada, que le permite disminuir el grado de riesgo.
Por tanto, si buscas inversión de mucho rendimiento, tienes que asumir que la probabilidad de perderlo, todo o parte, es alta. De esas, hay infinidad, desde algunas acciones en la bolsa hasta criptomonedas. Cuanto más alta sea la rentabilidad, más probabilidad de perder.
Si no quieres asumir riesgo, la mejor inversión, por ser la más segura, sería en bonos de estados muy solventes, como T-bills de los Estados Unidos o bonos de Alemania, por ejemplo. Te dará algo de rentabilidad, pero tu objetivo sería la seguridad antes que la rentabilidad.
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